Desde la zona arqueológica de Chichén Itzá y las playas de Sisal, habitantes y turistas han podido observar el cometa Lemmon (C/2025 A6), un fenómeno astronómico que ha iluminado los cielos del hemisferio norte con su cola de polvo y gas. Las imágenes captadas desde estos puntos muestran el cometa destacándose sobre el firmamento nocturno y, en el caso de Chichén Itzá, junto a la imponente silueta del templo de Kukulcán.
El custodio nocturno de la zona arqueológica, José Antonio Keb Cetina, logró registrar fotografías del cometa que rápidamente se difundieron entre aficionados a la astronomía y la fotografía. La combinación de patrimonio cultural y fenómeno natural ha generado un espectáculo visual único.
Lemmon se acercó a la Tierra el 21 de octubre, a 90 millones de kilómetros, y alcanzó su máximo brillo el 27 de octubre. Su perihelio, el punto más cercano al Sol, ocurrirá el 8 de noviembre, manteniendo la expectativa entre observadores que buscan capturar este raro evento.
En Sisal, algunos bañistas confundieron la estela del cometa con el rastro de un avión a gran altitud. Esta confusión puso de manifiesto la necesidad de orientación astronómica para distinguir fenómenos naturales de otras luces en el cielo nocturno.
Quienes deseen fotografiar o seguir al cometa deben buscar cielos despejados y alejados de la contaminación lumínica, usar exposiciones de solo unos segundos y apoyarse en aplicaciones astronómicas para localizarlo. Con binoculares, el cometa aparece como una mancha difusa y no como un punto luminoso, por lo que se requiere paciencia y precisión.
El cometa Lemmon no volverá a ser visible hasta el año 3421, convirtiéndose en un evento excepcional que permite combinar ciencia, observación y la riqueza cultural de los lugares desde donde se puede contemplar.


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