Pese a las acciones de contención, en Yucatán siguen al alza los casos de gusano barrenador en animales, ya son 704, reconoció la Secretaría de Desarrollo Rural (Seder), que registró 46 nuevos casos en la última semana en 15 municipios del estado.
Aunque la Seder asegura que se han reforzado los controles en los nueve puntos de verificación fitozoosanitaria interestatal, la dispersión de los casos evidencia que las medidas preventivas no han sido suficientes para frenar la propagación del parásito. La coordinación con el Senasica y las Asociaciones Ganaderas Locales no ha logrado impedir que el gusano afecte a bovinos, porcinos, caninos y caprinos.
Las heridas que presentan los animales se localizan en orejas, dorso, ombligo y extremidades posteriores, y en la mayoría de los casos se producen por lesiones menores que deberían ser fáciles de prevenir: peleas, alambre de púas o aretado. La recurrencia de estos incidentes indica fallas en la supervisión y cuidado básico del ganado.
Municipios como Panabá, Tizimín y Temozón concentran los brotes más graves, mientras que localidades como Río Lagartos, Mérida, Tahmek y Conkal siguen reportando casos dispersos. La dispersión de la enfermedad sugiere que no existe un control efectivo ni protocolos de seguimiento que garanticen la salud del hato ganadero en todo el estado.
Aunque se entregan kits de muestreo y se brinda tratamiento gratuito, la Seder no ha dado a conocer indicadores claros de cuántos animales han sido atendidos ni la efectividad de estas acciones, dejando dudas sobre el verdadero alcance del programa de control de la miasis.
Expertos en salud animal advierten que la prevención no puede depender únicamente de la acción estatal; los productores deben asumir mayor responsabilidad y vigilancia de sus animales. Las heridas, incluso las superficiales, continúan siendo una puerta de entrada para la infección, que podría derivar en pérdidas económicas importantes.
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