En Yucatán, los productores rurales enfrentan todavía retos importantes para acceder a infraestructura básica, aunque el gobierno estatal ha puesto en marcha un programa en Temozón para instalar sistemas de riego solar y mejorar caminos, con una inversión de más de 12 millones de pesos. A pesar de este anuncio, campesinos y comunidades demandan mayor atención y seguimiento para que estas acciones realmente impulsen el desarrollo del campo y mejoren sus condiciones de vida.
El programa Infraestructura Hidroagrícola y Caminos Renacimiento busca rehabilitar 1,000 kilómetros de caminos sacacosechas en todo el estado, con una meta inicial en Temozón de 10 kilómetros que fue ampliada a 20, en respuesta a las solicitudes locales. Sin embargo, la realidad es que muchos caminos continúan en mal estado, dificultando el traslado y la comercialización de productos, lo que limita el potencial de la producción agrícola y ganadera de la zona.
En cuanto a los sistemas de riego, se reportaron 121 solicitudes de productores para diferentes tipos de tecnología: aspersión, goteo y microaspersión. La inversión estatal cubre el 60% de los costos, mientras que los beneficiarios aportan el resto, lo que puede representar una carga para pequeños agricultores con recursos limitados.
Aunque la tecnología puede mejorar la productividad, la experiencia de algunos agricultores indica que la falta de acompañamiento técnico y mantenimiento adecuado puede reducir el impacto esperado.
Por otro lado, se han anunciado mejoras en la infraestructura educativa y pavimentación de carreteras en comunidades rurales, pero estas obras aún están en etapas iniciales o planeación, y los residentes reclaman que los avances sean más rápidos y que se garantice la continuidad de los proyectos. En comunidades como Actuncoh, la gente sigue enfrentando retos de conectividad y servicios que afectan su calidad de vida y oportunidades.
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