La noticia del fallecimiento del Papa Francisco a los 88 años sacudió al mundo católico al comenzar la Semana de Pascua, una época de profunda reflexión espiritual. Ante esta pérdida, la Arquidiócesis de Yucatán realizó una misa solemne en la Catedral de Mérida, donde se reunieron sacerdotes, obispos y fieles para rendir homenaje al Papa argentino que marcó un hito en la historia de la Iglesia.
El evento religioso, presidido por el rector de la Catedral, padre Juan Pablo Moo, sirvió para aclarar algunas dudas en torno a las prácticas litúrgicas tras la muerte del Papa Francisco. Al ser un año jubilar, los fieles continúan ganando la indulgencia plenaria, pero con un cambio significativo en las oraciones: en lugar de orar por las intenciones del Papa, se hace por su eterno descanso hasta que se elija un nuevo pontífice.
El acto fue presidido por Monseñor Pedro Mena en la Catedral de San Ildefonso, quien recordó la particularidad de que el Papa Francisco partiera de este mundo al día siguiente del Domingo de Resurrección. Este detalle fue interpretado por muchos como una señal de que su legado, marcado por la misericordia y la renovación de la fe, quedaba como testamento para la Iglesia en pleno tiempo de Pascua.
Monseñor Mena también resaltó la importancia del Papa Francisco como el primer pontífice latinoamericano, cuyo mensaje de cercanía a los pobres y de inclusión transformó a la Iglesia. “Nos dejó enseñanzas profundas que nos siguen guiando”, afirmó el obispo en una rueda de prensa tras la misa, destacando cómo el Papa había logrado aterrizar la doctrina cristiana de manera accesible y humana.
Por otro lado, Monseñor Mario Medina Balam ofreció detalles sobre el protocolo seguido tras el fallecimiento del Papa. A diferencia de otros pontífices, el Papa Francisco no fue declarado muerto en su habitación, sino en la capilla privada del Vaticano. Además, su cuerpo fue colocado en un ataúd de madera sencilla, en lugar del tradicional triple ataúd de lujo, en un gesto de humildad que reflejaba su vida austera.
En un acto de solidaridad y respeto, representantes del gobierno, como Carlos Berlín Montero, asistieron a la misa en representación del gobierno estatal, mientras que Carmen González Martín lo hizo en nombre del Ayuntamiento de Mérida. Ambos rindieron homenaje a un Papa que dejó una huella imborrable en la historia reciente de la Iglesia Católica y que será recordado por su cercanía con los fieles y su compromiso con la justicia social.






