El sol proyectó la famosa sombra de Kukulcán sobre El Castillo, mientras más de seis mil personas observaban fascinadas este fenómeno ancestral en Chichén Itzá.
La jornada comenzó con nubosidad y llovizna ligera, pero el clima dio una tregua suficiente para que visitantes de todo el país y del extranjero pudieran presenciar el descenso de la serpiente emplumada.
Para garantizar la seguridad y el orden, Cultura y el personal de la zona arqueológica implementaron un operativo especial que permitió controlar los accesos y guiar a los turistas durante el evento.
Guías y especialistas aprovecharon la ocasión para explicar cómo los mayas relacionaban el equinoccio con la agricultura y los movimientos del sol, resaltando la precisión de sus cálculos astronómicos.
Previo al fenómeno, se realizó un acto conmemorativo por personas fallecidas recientemente, integrando un momento de respeto y reflexión en medio de la celebración.
Los visitantes reaccionaron con aplausos y fotografías al ver cómo la luz del sol iluminaba la alfarda norte de la pirámide, generando un efecto que simboliza el descenso de Kukulcán.
Al concluir, la lluvia regresó, cerrando la jornada y dejando en los asistentes la sensación de haber sido testigos de un ritual que combina historia, ciencia y tradición maya.
