Yucatán se posicionó como el único estado de la Península con aumento en el Valor Agregado Bruto (VAB) de la economía informal en el primer trimestre de 2025, con un incremento de más de 3.7 millones de pesos, según el Inegi. Sin embargo, este crecimiento no refleja fortalecimiento económico formal, sino la expansión de actividades fuera del marco legal.
El VAB de la economía informal incluye comercio no registrado, servicios sin regulación y manufactura irregular. Aunque los números muestran un incremento del 3.1 por ciento respecto al mismo periodo de 2024, se trata de riqueza generada al margen de la seguridad social y de las obligaciones fiscales, lo que deja a trabajadores vulnerables ante cualquier eventualidad.
En contraste, Quintana Roo y Campeche reportaron caídas de 2.9 y 1.9 por ciento en su economía informal, lo que subraya que el crecimiento en Yucatán es un fenómeno aislado que no necesariamente indica prosperidad, sino desplazamiento de trabajadores hacia empleos informales ante la falta de oportunidades formales.
El sector terciario concentra la mayor parte de la economía informal en la entidad, con 80,854 millones de pesos, de los cuales 52,360 millones provienen del comercio informal. La informalidad afecta también a las actividades secundarias y primarias, mostrando que prácticamente todos los rubros productivos dependen de prácticas no reguladas.
En cuanto al empleo, se registraron 346,393 puestos en la economía informal, 14,095 más que en 2024. Sin embargo, estos empleos carecen de prestaciones, estabilidad y acceso a la seguridad social, lo que evidencia que el aparente dinamismo económico no mejora la calidad de vida de quienes dependen de él.
