En Mérida, casi 25 mil 600 trabajadores han recurrido a Fonacot en lo que va del año, superando en un 15% la meta anual y reflejando una creciente dependencia de los créditos para cubrir gastos cotidianos.
Sólo en agosto se otorgaron cerca de 3 mil financiamientos, la mayoría destinados al regreso a clases: colegiaturas, uniformes y útiles escolares. Esta situación evidencia que muchas familias no cuentan con ahorros suficientes y dependen del crédito para cumplir con obligaciones básicas.
Alfonso Thomassiny, director estatal de Fonacot, reconoció que el aumento en la demanda responde a necesidades inmediatas, pero también revela la vulnerabilidad económica de los trabajadores, quienes se ven obligados a asumir deudas para cubrir gastos esenciales.
El crédito Fonacot se entrega en efectivo y en menos de 24 horas, lo que lo hace atractivo y rápido, pero su uso masivo muestra cómo el financiamiento se ha convertido en una herramienta casi indispensable para la subsistencia de los hogares.
Con la llegada del Buen Fin en noviembre, se prevé un nuevo repunte en la colocación de créditos, lo que podría incrementar la carga de endeudamiento sobre los trabajadores si no se acompaña de medidas de educación financiera y políticas de apoyo económico.
El patrón de recurrir constantemente a financiamientos muestra la presión económica estructural que enfrentan las familias y plantea interrogantes sobre la sostenibilidad del modelo de consumo basado en deuda para cubrir necesidades básicas.






