Ante el riesgo de paralización del sistema de transporte Va y Ven, el Gobierno de Yucatán anunció una inyección adicional de 99 millones de pesos, con lo que ya ha destinado más de 930 millones durante 2025, superando con creces lo previsto para todo el año.
El sistema enfrenta un grave déficit financiero. Aunque se proyectaron ingresos por más de 1,700 millones de pesos en pasajes, apenas se han recuperado 471 millones. En paralelo, los concesionarios afirman que el Ejecutivo les adeuda más de 1,200 millones por servicios prestados, lo que detonó el retiro de la mitad de las unidades del Va y Ven desde la semana pasada.
El conflicto evidenció un problema estructural: el gobierno paga por kilómetro recorrido, no por pasajero transportado. Esto ha llevado a una operación ineficiente, con unidades que circulan casi vacías y un sistema que moviliza apenas a 110 mil usuarios diarios, mientras se gastan más de 800 mil pesos al día en recorridos.
Las autoridades actuales atribuyen el desequilibrio financiero a una proyección irreal heredada de la administración anterior, encabezada por el exgobernador panista Mauricio Vila, quien impulsó el modelo como una apuesta para modernizar el transporte metropolitano. Ahora, con cifras que no cuadran, el sistema se sostiene con transferencias urgentes para evitar su colapso.
En tanto, miles de ciudadanos afectados optan por alternativas privadas como motocicletas o autos, lo que ha disparado el parque vehicular y el caos vial en Mérida. La mesa técnica que se instalará en agosto deberá presentar propuestas concretas para transformar el sistema, garantizar su viabilidad y frenar el deterioro de la movilidad urbana en la capital yucateca.






