Abuela desaparecida tres días en la selva de Yucatán, asegura se la llevaron aluxes

Doña Teodora, una mujer de más de ochenta años, desapareció por casi tres días tras salir a caminar por la selva de Chichimilá, en Yucatán. Sus paseos solitarios eran frecuentes, pues conocía bien la zona. Sin embargo, esta vez no regresó a casa, y su familia encendió las alarmas.

Vecinos, amigos y autoridades se unieron rápidamente a la búsqueda. La comunidad recorrió el monte durante horas, sin descanso. Finalmente, tras casi 72 horas, la encontraron deshidratada, desorientada y con evidentes signos de agotamiento.

Lo que dijo al ser rescatada sorprendió a todos: aseguró que fueron los aluxes quienes la hicieron perderse. Contó que escuchó voces que imitaban a sus hijos y nietos, llamándola desde lo más profundo de la selva. Guiada por ellas, se internó sin darse cuenta del peligro.

Teodora relató que vio pequeñas figuras entre los árboles, con ojos brillantes y risas juguetonas. Afirmó que eran “niños que no eran humanos” y que la llevaban más y más lejos. Convencida de que eran sus familiares, siguió sus pasos hasta quedar completamente extraviada.

Aunque los rescatistas no descartan que se tratara de un episodio de desorientación por la edad, el relato de la abuela cobró fuerza en el imaginario local. En Yucatán, la creencia en los aluxes está profundamente arraigada. Muchos ven en su historia una señal de respeto hacia lo sagrado del monte.

Estas pequeñas criaturas son consideradas guardianes del campo y la naturaleza. Se cree que pueden volverse invisibles, jugar bromas o perder a quienes no les piden permiso para entrar a su territorio. Para muchos en la comunidad, no fue casualidad lo que vivió la anciana.

Hoy, mientras Teodora se recupera con su familia, su experiencia ha reavivado las leyendas mayas en la región. La selva volvió a hablar a través de una abuela. Y, al parecer, no lo hizo con palabras, sino con risas, voces conocidas y los pasos invisibles de los aluxes.

 

 

 

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Redacción
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